EL CAMINO: INSISTIR EN LA ACTITUD DE SEIS SERES HUMANOS
Por: Carlos Villalba
1. ¿Quién es un ser humano?, le preguntaron. Respondió el Maestro: “Aquel que en su camino encontró a un herido al que no conocía, y no desvió su mirada, sino que se acercó a él, le curó, le levantó, le llevó consigo, le cuidó. Se comporta como un ser humano el que trata a otro ser humano ‘desconocido’ como quisiera que le trataran a él mismo”.
2. Unas 800.000 personas han llamado a nuestra puerta desde julio pidiendo refugio / Nuestros gobernantes han mandado no abrir / El Gobierno español oficialmente sólo ha recibido a ¡12 refugiados! Y no se muere de vergüenza / (Suecia ha recibido a 160.000; Jordania, Líbano, Turquía… han recibido a cuatro millones).
3. La UE, tras casi 200.000 ‘desconocidos’ muertos en cinco años por intentar entrar en su territorio, lejos de trazar un plan humanitario, lo que ha hecho es gastarse 15.000 millones en sistemas de detención / Nuestros gobernantes, si les dejáramos, harían un muro en el mar, aun conscientes de que “unos padres sólo se lanzan al mar con sus hijos cuando esto es más seguro que quedarse en tierra”, y de que “no hay alambradas que puedan parar la desesperación”.
4. En contraposición a la actitud de los poderes europeos, seis socorristas de la ONG ‘proactivaopensarms’, han ido, con dinero de sus bolsillos, a ayudar en las costas de Lesbos / Ahí han rescatado a cientos de personas, aunque alguna vez han sido tantos los náufragos que no han alcanzado a socorrer a todos, y han tenido que escoger —dolor en carne viva— a quién salvar. / / Unos pocos voluntarios y pescadores nativos ayudan a miles de personas que llegan cada día a las costas griegas o italianas / ¿Dónde están los ejércitos y sus ‘misiones humanitarias’? / “No les corresponde esta misión”, dicen sus jefes.
5. Los grupitos de voluntarios nos representan como humanidad. / Los gobiernos de la UE no representan a la humanidad que queremos ser. / A las pocas horas de los asesinatos en París, ya Francia, USA y Rusia responden lanzando bombas. / “Se desconocen las bajas causadas” —informan los medios de comunicación / Los países civilizados no matan, simplemente producen ‘bajas entre desconocidos’.
6. Las clases acomodadas que vivimos en el “parque temático de entretenimiento y confort” de Europa, nos intercambiamos WhatsApps con las imágenes más emocionantes de las tragedias humanitarias / Pero las redes no sirven para organizar solidaridad ni para generar reflexiones que cambien las conductas, sólo sirven para mover emociones (cfr. Byung-Chul Han, en Psicopolítica) / Emociones que pronto dejan lugar a otras olas de emociones que nos venden y “debemos consumir” rápidamente.
7. Frente a la mezquindad de los grandes, que gritan: “Estamos en guerra y vamos a ser implacables”, siempre hay un pequeño resto de pequeños, de voluntariosos del mundo, que alargan sus brazos para no permitir —literalmente— que la vida se ahogue / Son los que, con sus cuidados a ‘desconocidos’, niegan que estemos llegando a la fatiga de la compasión / / Los sucesos violentos nos quitan hasta la palabra, pero entonces vienen en nuestra ayuda esos gestos de amor que, aunque pequeños, desdicen del poder de la guerra.
8. Los inmigrantes nos recuerdan que todos somos transeúntes, todos caminantes/ (¿Quién nunca fue un náufrago y nunca encontró una mano extendida hacia él?) / Ellos ponen a prueba nuestra ruta hacia una humanidad fraternal / Ellos extienden también sus manos a la envejecida cultura europea para darle la oportunidad de renovarse y para que crezca la bondad que nos construye como humanos / Otra vez las corrientes de la vida nos llevan a una rampa que nos lanza hacia una humanidad más cuidadora de la propia vida / Es que, además, la humanidad no tiene otra salida.
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